Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2023

FRÍO

El día amanece frío. Se nota en el agua condensada en las ventanas y en el frescor del suelo. También se siente en el ánimo, en las pocas ganas de salir fuera y enfrentarse a las bajas temperaturas, con lo bien que se está bajo el abrazo de las sábanas. Conforme los primeros rayos de sol acarician la tierra, el hielo caído sobre las hierbas, tejados y coches, desprende chispas brillantes. Pero para frío, el de antes. Los cueveros no podíamos quejarnos mucho; la calidez de los cerros nos hacía la vida más llevadera, pero salir fuera hace cuatro décadas se las traía. El agua se cuajaba en los cubos en capas de  hielo de un dedo de espesor y la ropa tendida para secar la víspera, amanecía tiesa como para quedarse de pie. Partíamos al colegio rígidos como los caballeros de la Edad Media con armaduras, de tantas capas de ropa superpuestas. Llevábamos sobre el cuerpo la camiseta, después la "espumilla", también llamada cuello cisne, que nos apretaba tanto que para quitárnosla casi ...

NIÑA TRISTE

Se levanta temprano, con las estrellas, con pocas ganas, con mucha pena.  Es obligada como cualquiera, a echar el día en la escuela. En casa tiene madre, abuela. cuatro hermanos y más problemas. En el colegio nadie la espera, ni a la entrada ni al salir fuera. Los otros niños pasan de ella, porque ser pobre es una condena. Y nadie sabe que ella es buena, aunque vaya arrastrando la pena negra, de ver en casa larga cadena, oprime el pecho tanta faena. Se acuesta triste porque resuenan en su cabeza muchas peleas. Sólo será feliz cuando se duerma allá en los sueños se ve sirena.

ADVIENTO

Arrancábamos con alegría la hoja de noviembre del calendario gigante con la publicidad de la Caja de Ahorros que ocupaba media pared. Creíamos entender que era el pistoletazo de salida hacia la Navidad el ver Diciembre en letras rojas y mayúsculas. Una invitación a preparar las cuatro bolas y el pino cuanto antes. Pero la abuela, arrastrando el luto eterno por un familiar u otro y con pocas ganas de fiesta, nos frenaba en seco. "Todavía faltan ocho días. Ya lo dice el refrán,  De la Purísima a San Antón, Pascuas son” No tocaba sino esperar. A la semana ya teníamos a mi padre frito para que nos cortara la rama de pino. Por no oírnos más, salió con su hacha y cortó una de las ramas bajas y no demasiado grande del pino de la entrada a la placeta y nos ayudó a ponerla en un cubo lleno de arena, manteniéndose equilibrada a duras penas. Colocamos el arbolillo en una esquina del portal; antes se ponía en la salita, pero con lo que creció la familia, o salía un niño o el pino, y así se hi...