AVENTURA EN LA PISCINA
El otro día ¡por fin!, abrieron la piscina cubierta.
Y tantas eran las ganas que tenía de catarla que casi me falta tiempo para meterme con capirote y todo.
El caso es que me presento allí con la que creía era la equipación adecuada: chanclas, bañador, gorro de goma. Vamos, ni una nadadora experta.
Nada más entrar, todo muy innovador. Apuntas con el móvil y se abre un torno como el del metro de Madrid y adentro.
Para que no se notara que era novata y que era la primera vez que pisaba una piscina de estas, voy yo muy tiesa y resuelta a los vestuarios. Allí abro una taquilla y meto todos los chismes. Sin gafas la cosa se complica; no veo tres en un burro, asi que como puedo llego al sitio. Voy a meterme al agua y me doy cuenta de que no me he puesto el gorrito. Media vuelta a la taquilla, otra vez el desfile.
Empieza lo bueno. Yo se nadar lo justo para no ahogarme, con poco arte pero resultona; asi que manotazo por aqui, pataleo por allá, cruzo la piscina cambiando de técnica cuatro veces al largo. Mientras tanto, en el carril de al lado, la experta de turno, con aletas en los pies incluidas, va por la segunda vuelta mientras yo estoy cogiendo aire en la primera. Es humillante, pero pienso: "yo he venido a lo que he venido, que es por mi salud, asi que a los nadadores olímpicos, ni caso”
Cuando el aire empieza a escasearme digo que es momento de salir. Directa a la ducha. ¡El circo que formo da para un documental!
Llevo una toalla de esas finitas de microfibra que no seca una leche; era eso o llevar una de uso corriente desgastada que son las que de verdad absorben, asi que a fuerza de frotar medio me enjugo.
Salgo cubriendo mi cuerpo con la toallita y a vestirme. Como no estoy acostumbrada a mostrarme desnuda ante público, lo paso fatal. Como puedo me voy poniendo la ropa interior, pero como la dichosa toalla no ha cumplido su misión, se me queda la ropa pegada y no sube. Intento sujetarla con los dientes y casi resbalo en el suelo mojado. Si quería pasar desapercibida creo que no lo he conseguido.
Aquello ya estaba lleno de mujeres y tantas ganas tenía de salir que me he equivocado de puerta y me he metido en la habitación de la limpieza. Un desastre total.
Espero que poco a poco le vaya tomando el tranquillo al asunto. El jueves por lo pronto empiezo yoga. Eso va a ser pa verlo.
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