MONÓLOGO DE LAS ABUELAS

 

“¡Hay que ver el airazo que hace! Es que me tiene loquita. Mira que el frío me sienta mal para la artrosis, pero este aire es insoportable. No se puede vivir.

¡Y ya van tres días! Como esto siga así me estoy viendo otra vez en Urgencias.

Ya ves tú para que leches va una al médico, que lo único que hacen con los mayores es mandarnos Nolotil y el "Ibufreno" ese. Y el protector para el estómago, que esa es otra, que dicen que no es bueno tomarlo muy seguido.

Yo aguanto mucho antes de tomar tanta pastilla y me voy apañando con pañitos mojados de alcohol puestos en la frente, como si estuviera.  “aporreá”.

Lo de los médicos lo veo hasta normal, porque ya me dirás tú para que estamos los viejos en este mundo si no es para estorbar. Yo le pido a Dios, que como eso de morirse hay que hacerlo, que sea durmiendo; acostarme y no amanecer. Para que vivir penando y haciendo penar.

Menos mal que tengo el botón este colgado en el pecho, que quieras o no, algo de tranquilidad nos da. La muchacha que me llama de vez en cuando es muy cariñosa; me da conversación y algo consuela. Porque el día es muy largo y hay tiempo para dar y regalar. Gracias a la tele estoy entretenida. Con el programa de Juan y Medio se me pasan las tardes volando. Ya tienen valor esos vejestorios para ir a buscar novios o novias. Que también es cierto que la soledad es muy mala y se nos cae la casa encima, pero esos cancos que no pueden tirar de su pellejo y van ahora a “arrejuntarse”. Yo tuve uno y con ese tuve bastante. Es lo que me faltaba a mí, meter un extraño en mi casa que vete a saber de qué ralea ¡Ni pensarlo!

Bueno, voy a ver si me hago un vasico de leche con sopas de pan y me acuesto, que mañana será otro día y la vida es muy amable”