SOLEDAD CORONADA

 Me ha contado (o he soñado) la Soledad,

que se siente triste y desolada,

porque a aquellos que la llevaban al cielo,

los apartaron y alejaron de su Amada.

No hay pena más grande  para un vecino 

de San Miguel, de la Huerta Milla o la Barriada, 

que ver a su Virgen preciosa,

caminar por esas calles oscuras

 tan seria y silenciosa.

Pero yo también le he contado,

aunque Ella tenía conocimiento,

que aunque no vayan a sus pies,

sus hijos no la abandonaron.

Que la siguen desde lejos

con el alma y la mirada,

y esperan que algún día, 

la justicia divina y humana,

restituyan lo que por derecho

 nunca le tendrían que haber quitado,

a su Virgen, Soledad Coronada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CURA DE LAS CUEVAS (1968)

¿DÓNDE ESTÁS, AMOR?

SOY MÁS DE LAS CUEVAS